Discurso de la Directora de la Escuela Nº 13, Sra.María Estela Gallego
Para cualquier Institución, cumplir 100 años es un hecho importante, cuanto más si se trata de una Escuela, lugar por donde todos pasamos y
dejamos un pedacito de nuestro infancia.
En nombre de la comunidad educativa de la Escuela Nº 13, tengo el honor y la responsabilidad de darle la bienvenida a todos ustedes y en
especial a quienes han viajado desde distintos lugares a este rinconcito que es Pirovano, para compartir con nosotros esta gran fiesta del
reencuentro, donde todos, los de ayer y los de hoy festejaremos el centenario de nuestra querida escuela.
¿Quién, a pesar de la distancia y del paso del tiempo, a pesar de los trances y altibajos de la vida cotidiana, podría olvidarse de su paso por ella?
¿En qué mente no hay un lugarcito para el recuerdo de los gratos y dulces momentos vividos en ésta casa que los recibió como alumnos, como
docentes, como auxiliares, como padres, como integrantes de las comisiones co-escolares?
Esta casa que hoy se viste de gala, abre sus brazos para recibirlos y volver a cobijarlos. Disfrutemos. Volvamos a sus aulas, testigos elocuentes
de muchas enseñanzas, de picardías y alguna que otra travesura. Demos expresión a los más caros sentimientos, que cual campanadas en el
tiempo, en oleadas de ecos melodiosos, con una mezcla de nostalgia y alegría, traerán a la memoria vivencias del pasado, para analizar el
presente y proyectar el futuro.
Creemos que educar es pensar en el futuro con esperanza y que enseñar no es repetir normas, sino vivir a todo corazón para la felicidad de
muchos, palabras importantes para quienes elegimos esta actividad como forma de vida y que nos llevan a pensar en las miles de personas que
llegaron en estos cien años a esta escuela en busca de la felicidad de educarse. Todos han dejado su marca, su imagen, su recuerdo, su luz.
¡Cuánta energía acumulada, cuántos mensajes, cuántas risas, llantos y secretos guardados en estas paredes, cuántas miradas a través de sus
ventanas y cuántas emociones compartidas!.
En mi caso, como alumna y luego docente y directora, me enternece el recuerdo de tantos momentos vividos con mis compañeros de tarea,
docentes queridos, capaces, trabajadores; con auxiliares eficientes, con nuestro alumnado vigoroso, vital, alegre, con cooperadores dinámicos y
colaboradores y con padres comprometidos y respetuosos de la institución.
Escuela de pueblo, es mejor decir escuela del pueblo, ya que su historia se ha nutrido con la alegría de la etapa más preciosa de la vida de las
generaciones de pirovanenses que se formaron en ella. Va para todos mi admiración, mi cariño, mi reconocimiento.
ESCUELA 13: ¡¡FELICES 100 AÑOS DE TU MARAVILLOSA EXISTENCIA!!